ÑOQUIS, POLÍTICA Y LUNFARDO
Buenos días estimados lectores. Los ñoquis son una de las innumerables cosas, que los argentinos heredamos de los italianos. Y con ellos, también el misticismo histórico que hay detrás. Las abuelas y las madres argentinas, reciben cada mes, más visitas de las acostumbradas, los 29, el día de ñoquis.
Como buenos descendientes de italianos, los argentinos creemos, que nadie cocina mejor que la nonna o, en su defecto, la mamma. Aunque esta creencia, también es aplicable para las Boves, las Grandmas, las Omas o las Yedas.
Debajo del plato de ñoquis, cuando las jubilaciones lo permitían, las cocineras ponián un billete para los nietos. Ni muy alto, ni muy bajo: 10 pesos, hace unos años, 100 pesos hace menos, y ahora deberían poner 1000.
La mayoría de las abuelas, hace rato que prefieren hacer los ñoquis, en lugar de poner la plata, porque para las dos cosas, ya no les alcanza, inflación mediante.
La palabra ñoqui, deriva de la lengua italiana, en dónde gnocchi, significa grumo, bollo, o bolita. Los más conocidos, son los que se realizan con puré de papa, harina de trigo, u otras harinas, más baratas que la de trigo.
Entre las variedades más conocidas y apreciadas, en Italia, están las elaboradas con pan rallado, los gnocchi di pane, de la zona de Trentino Alto. Los primeros ñoquis recibían el nombre de “mosquitos” y se preparaban con pan, leche y almendras, en la zona de Lombardía.
La variación de estos, sustituyendo las almendras y las migas por harina, agua y huevo, recibe el nombre de gnocchi. Si a esta receta le añadimos ricotta y espinaca, tendremos los malfattis o mal hechos.
LOS ÑOQUIS EN EL LUNFARDO
En Argentina, “ñoqui» se le suele decir al empleado que no trabaja durante todo el mes, pero aparece el 29 y cobra, lo que cree que le corresponde. Es casi un insulto, un sinónimo de “parásito” o, al menos, de “charlatán”. Y su uso, según algunos, es una forma de discriminar a los trabajadores.
En pocos dialectos, como el lunfardo, desarrollado en el Río de la Plata a fines del siglo XIX, hay tantos sinónimos del miembro masculino, tantas formas de insultar al prójimo, y tantas metáforas.
En ese mar de metáforas y composiciones,aparece la palabra ñoqui, definida en el diccionario del neo-lunfardo como aquel que cobra un sueldo fijo por un trabajo que no realiza ya que es un “acomodado”. Pero no solo se aplica, al empleado vividor. También se usa para el charlatán, que vive de la labia y nada más. Y que sería como el plato, llenador pero poco nutritivo.
En El Ñoqui, un cuento del famoso humorista argentino Roberto Fontanarrosa, el protagonista es un personaje que interrumpe todos los relatos de sus contertulianos, con historias mejores sobre los supuestos hermanos desconocidos, de ídolos, como el cantante José Luis «el Puma» Rodríguez.
«Y te digo una cosa, el que cantaba bien, pero verdaderamente bien, que apuntaba para fenómeno, era el hermano del Puma, el Pumita», dice El Ñoqui, mientras bracea y menea el torso. Como buen italiano.
Al final, uno de los presentes se enfurece, se para y le dice al Ñoqui: “¿Sabés lo que sos vos? Un charlatán. Un charlatán de feria, querido…”
A lo que el Ñoqui responde: “Si vos decís que yo soy un charlatán (…) vos tendrías que conocer a mi hermano… ¡Ese sí que es un charlatán! Vos tendrías que conocerlo”.
LA PROFECÍA DE PANTALEÓN
San Pantaleón fue un mártir cristiano, nacido en Nicomedia, actual Turquía, a finales del siglo III. Era hijo de Eustorgio y Eucuba, y fue médico como su padre. Su nombre, en griego, significa: “El que se compadece de todos”, Παντελεήμων, Panteleímon. Es uno de los santos de la Iglesia católica, y también de los santos de la Iglesia ortodoxa.
San Pantaleón en un icono del siglo XIII. Monasterio de Santa Catalina (Monte Sinaí, Egipto)
Cuentan los escritos de la época, que filósofo y médico cristiano, se encontró con una familia de campesinos a la que pidió refugio y comida y, tras las atenciones, prometió un año de buena pesca y cosecha.
La profecía, dice la historia, se cumplió. Y fue un día 29. Desde entonces muchos italianos, celebran ese día con un plato de comida austera pero llenadora, en busca de mejores pescas y cosechas para el mes siguiente.
Pero no con ñoquis, porque en el siglo III, la papa, un producto originario de América, no había llegado a Europa.
Más de un milenio después, hacia 1600, una mala cosecha, una plaga y la subida del precio del trigo, decretada por los señores feudales, confluyeron para que los italianos empezaran a mezclar, papa con harina, en pequeñas bolitas que luego llamaron gnocchi.
Pasaron dos siglos más, para que miles de italianos, en medio de guerras y pobreza, vinieran al sur de América. Argentina entonces era un país rico, pero unos años después, hacia mediados de los años cuarenta, comenzó a sufrir, todo tipo de problemas económicos.
Y una alternativa culinaria de ingredientes baratos como los ñoquis, a fin de mes, y con un contenido religioso, ha resultado económica, social y políticamente, apropiada.
¿QUÉ APORTAN LOS ÑOQUIS?
Los ñoquis son pastas elaboradas a base de harina, puré de papa u otras verduras como calabaza, acelga, espinaca, que a veces, también llevan ricota, huevo y especias como la nuez moscada o la cúrcuma.
Aportan hidratos de carbono complejos, proteínas, grasas, colesterol, vitaminas del complejo B y potasio. Si se preparan con calabaza, también suman betecarotenos y, si son de acelga o espinaca, vitamina K.
Diez ñoquis de papa sin salsa (100 gramos aproximadamente) aportan 245 calorías. Si son de calabaza, el valor calórico baja considerablemente.
LAS RECETAS DE LAS NONNAS
Nonna Giggina
Nonna Dina
Nonna Violeta
Abuela Dolli
Abuela Petra, por su nieta Claudia, la Claudia del Diego
Emilio R. Moya
Fuentes: citadas y enlazadas en la nota
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