GUILLERMO CALABRESE, COCINERO
Buenos días estimados lectores. En Chefs 4 Estaciones hemos tratado, desde hace muchos años, de celebrar a los protagonistas mientras están presentes.
Pero a veces la Vida, tiene otros planes y no sabe de agendas.
Conocimos a Guillermo hace muchos años, antes de que cumpliera los cuarenta, en tiempos de la fundación de la Asociación de Instituciones Educativas Gastronómicas de la República Argentina.
No esperábamos, como nadie, que nos dejara tan joven.
Y queremos recordarlo, con el respeto, cariño, y admiración que supo ganarse en cada uno de sus alumnos.
Con la alegría con que pudo traspasar la pantalla, para reinstalar la cocina argentina sencilla y pura, en la casa de cada familia.
Y con el amor por el oficio, con que recorrió desde lavacopas hasta Jefe de Cocina, cada una de las instancias que forman a un Chef.
La gastronomía siempre estuvo presente en su vida.
Nació en Córdoba, en una típica familia de descendientes de sicilianos, donde la cocina tiene una impronta característica.
La abuela, la tía, y la mamá cocinaban maravillosamente, y él se crío viéndolas cocinar.
Luego de estudiar en el Colegio La Salle, ingresó a la Facultad de Medicina, y allí cursó cinco años, hasta 1987.
EL DISCÍPULO
En aquellos años, no existían las escuelas de cocina profesionales en nuestro país.
Pero si, las ganas de ser profesional y aprender el oficio de cocinero.
Guillermo le escribió una carta a Carlos Alberto Dumas, el querido Gato, en cuyo restaurante la familia Calabrese, solía comer en Buenos Aires.
A partir de esa carta, en la que le solicitaba lo tome como “su discípulo”, nació una relación de trabajo que dejaría huella en la historia de la cocina argentina.
Después de comenzar como empleado de limpieza en la cocina, el joven cordobés ascendió rápidamente.
En tan solo tres años, ya era Jefe de Cocina.
A pesar de la confianza infinita, de la amistad personal, jamás dejó de llamarlo de “usted” a su maestro, durante toda la vida.
EL MAESTRO
Tras varios restaurantes, en 1998, con el Gato Dumas, fundaron el prestigioso Gato Dumas Colegio de Cocineros, hoy Instituto Gato Dumas, que pronto se fue ramificando en Argentina y Latinoamérica.
Y allí, aquel discípulo, se transformó en maestro para varias generaciones de cocineros.
Fue su Director Académico desde siempre y hasta el último día.
Estuvo muchas veces en Rosario, y hemos visto crecer grandes cocineros, hoy maestros, que alguna vez fueron nuestros alumnos.
Nada mejor que las palabras que el Instituto publicó en su web, para recordar al Maestro.
“No hay palabras suficientes para describir su dedicación, entrega y amor por este Instituto. Siempre se preocupó por el bienestar de cada uno con una palabra amable y una sonrisa en su rostro.
Nos sentimos afortunados de haber tenido la oportunidad de conocerlo y trabajar a su lado y su presencia siempre será recordada con cariño y gratitud. Será parte de nosotros y su legado vivirá en nuestra institución”.
EL COCINERO ARGENTINO
Durante casi nueve años, Calabrese se convirtió en la cara más conocida de Cocineros Argentinos, programa televisivo emblema de la gastronomía, en la Televisión Pública.
Allí tuvieron la oportunidad de presentarse cocineras, cocineros y chefs de todo país.
Cala, como lo llamaban sus compañeros, logró interpretar como nadie, desde los tiempos de Doña Petrona C. de Gandulfo, la cocina popular argentina.
El secreto: Guillermo trabajaba en el Instituto y en la cocina, pero en la televisión, se divertía y disfrutaba.
Y ésa alegría y ése disfrute, traspasaba la pantalla y lograba la complicidad de los espectadores.
Su generosidad hizo que se desarrollara, una generación de grandes cocineros que hoy siguen al frente de la propuesta.
Y que también honran su memoria.
También participó en diferentes proyectos en Elgourmet.com, y fue autor de varios libros de cocina.
CALABRESE ETERNO
Hasta siempre Guillermo
Emilio R. Moya
Fuentes: citadas y enlazadas en la nota