¡UN GRAN ABRAZO VITICULTORES!

¡UN GRAN ABRAZO VITICULTORES!

LOS HÉROES ANÓNIMOS DEL VINO

 

 

Buenos días amables lectores. El vino es el resultado del trabajo en conjunto de diferentes personas. Mucha de esas personas, realizan su tarea sin ser conocidos, es por ello que cada 1º de febrero se les da el reconocimiento y homenaje debido por su trabajo, en el Día del Trabajador Vitivinícola de la Argentina.

 

 

Mi primera aproximación a los trabajadores de los viñedos llegó de la mano de la música y de mi tío Alberto. Que era, y es un gran melómano. Lo que no significa que le encanten los melones, sino que le encanta la música. Y también el vino. Cosa que lo llevó en sus años mozos a tener una de las primeras vinerías boutiques de damajuanas a mediados de los años setenta, aquí en Rosario.

 

 

El tema fue el siguiente: en el Festival de Cosquín de 1973, el Quinteto Musicanto compuesto por    Jorge Enrique Infante (22 años) Tenor y guitarra, Raúl Alejandro Palmero (19 años) Primer tenor, Osvaldo Víctor Palazzo (23 años) Barítono alto, Carlos Alberto Palazzo (19 años) Barítono bajo y Amado Llarrull (25 años) Bajo, obtuvo el premio «REVELACION COSQUÍN 73» y RCA edito su álbum. Todos eran rosarinos y eso causó gran impacto en la ciudad.

 

 

Los primeros dos temas jamás los olvidaré. El primero se llamaba “Canción del Tabernero” o “Taberna del Herrero” y era un poema de José Pedroni. El segundo el ya clásico tema de otro rosarino José Luis Bollea, “Emilio Está creciendo”. Allí escuche hablar, mejor dicho cantar, del lagar y de los lagareros, palabras que no conocía y que me fueron explicadas.

 

 

Y supe por primera vez lo difícil que era hacer el vino y la cantidad de personas que intervenían en su elaboración. Cosa que a pesar de pasar todos los veranos en San Juan, no era en ese momento tema principal de mis intereses.

 

 

Y también supe lo que iba a ser crecer y las responsabilidades que me esperaban. Todo por el mismo precio, y en dos canciones.

 

UN PEQUEÑO EXCURSUS

 

 

Queridos lectores. Me he permitido dejar la totalidad de ese disco de vinilo copiado sin remasterizar y subido a youtube por Felipe Pinto. Sus temas son diez y sus autores son los siguientes:

En el LADO 1:

1 Taberna del herrero (canción) 3:01 de Jose Pedroni / Luis León José «Chango» Naón , 2 Canción para el Emilio creciendo (canción) 4:14 de José Luis Bollea  y un tal Raúl Emilio Acosta, el querido “Bigote. 3. La gran guerra (canción) 3:21 de Armando Tejada Gomez  y un tal Víctor Ramón Cournou  hoy conocido como Víctor Heredia 4.Soneto noventa y tres Soneto 93 (canción) 4:24 de Ricardo Neftalí Reyes Basoalto  un tal Pablo Neruda y  Julio César Isella un tal César Isella 5.- Yo te nombro (canción) 5:58 de Carlos Pagliaro un tal  Gian Franco Pagliaro.

Y en el LADO 2:

1 Canción de Pablo (canción) 4:38 de Daniel Alberto Viglietti 2 El viejo Matías (canción) 4:06 de Víctor Ramón Cournou 3.- Milonga de andar lejos (milonga) 3:25 de Daniel Alberto Viglietti 4. Verdugo y redentor (poema canción) 3:49 de Benítez  y  Cámpora 5.- Canción para José Junco (aire de zamba) 4:17 de Julia Elena García Lago (Elena Siró) y Luis León José «Chango» Naón.

 

¿PARA QUÉ ESCUCHAR UN DISCO?

 

 

Para emocionarse, para oír poesía cantada y para celebrar con música el día de los trabajadores de los viñedos y bodegas.

A los lectores jóvenes, escuchar este disco les servirá de mucho para entender, que vivir en los años setenta fue una experiencia, aterradora, mucho antes de 1976.

A los lectores que vivieron esa época les servirá para recordar cuántas esperanzas todavía esperan y cuántos sueños todavía merecen soñarse.

 

 

No sé qué fue de la vida de aquellos músicos, ni de su carrera luego de aquel premio en Cosquín. Si sé que dos años después los trabajadores y obreros de la Industria del Vino, obtuvieron su convenio colectivo de trabajo el 27 de junio de 1975, y que en 1991 lograron el feriado que hoy se celebra.

 

 

El 4 de junio de 1975 Celestino Rodrigo, ministro de Economía, anunciaba un paquete de medidas que trascendería bajo el célebre y siniestro nombre de “Rodrigazo”.

 

 

Se terminaba así con el “Pacto Social” que desde 1973 regía la relación entre los patrones, el Estado y los trabajadores. Inmediatamente después se desató una crisis sin precedentes. Y en medio de esa crisis, el sector de los empresarios y trabajadores del vino lograron aquel histórico acuerdo.

 

ENTONCES NOÉ COMENZÓ A LABRAR LA TIERRA, Y PLANTÓ UNA VIÑA.

GÉNESIS 9:20

 

 

A lo largo de todo el año se llevan adelante distintos trabajos en el viñedo, que mes a mes van actuando sobre las plantas y el terreno para obtener frutos de la mayor calidad posible.

Vamos a tomar como ejemplo un viñedo ubicado en el hemisferio sur, donde las estaciones se reparten en verano del 21 de diciembre al 20 de marzo, otoño del 21 de marzo al 20 de junio, invierno del 21 de junio al 20 de septiembre, y primavera del 21 de septiembre al 20 de diciembre. Y la aclaración anterior es importante, teniendo en cuenta que el trabajo anual en la viña está directamente relacionado con el ciclo biológico de la vid.

En el viñedo es donde trabajan gran parte de los trabajadores de la industria del vino. El otro gran sector, es el de las bodegas.

 

UN AÑO EN EL VIÑEDO

 

Mayo: Se podan los sarmientos grandes y se hace el tratamiento contra el mildiu. Se hace la limpieza de hierbas. Aplicación de fertilización de fondo.

 

 

Junio: Se reparan los canales de drenaje, se arreglan los caminos y las calles. Comienza la poda de la vid. Se hacen nuevas plantaciones y se comienza a decidir la densidad de plantación.

 

 

Julio: Poda a pleno de la vid. Este trabajo es muy artesanal y se realiza a mano, siendo de vital importancia el conocimiento del podador, que es una pieza fundamental en la cadena.

 

 

Agosto: Continúa la poda de la vid. Se aplican abonados de fondo.

 

Septiembre: Con la llegada de días menos fríos, la planta retoma su actividad. Es el tiempo de enterrar las malas hierbas.

 

Octubre: Empiezan a aparecer los primeros pámpanos o brotes. Se plantan las vides nuevas y se reparan las espalderas. Se hacen tratamientos preventivos para la sanidad del viñedo.

 

Noviembre: Se realiza una segunda limpieza de las hierbas indeseadas. Se eliminan los rebrotes. Se comienza a hacer la poda “en verde”.

 

 

Diciembre: Se enfatizan los tratamientos preventivos contra enfermedades de la vid. Continúa la poda “en verde”. Se controla la humedad del suelo.

 

Enero: Si es necesario, se eliminan hojas y racimos jóvenes para definir los rendimientos por planta y la exposición solar de las uvas. Se continúa con la limpieza del terreno.

 

 

 

Febrero: Se hace un segundo “aclareo” en la vid. Se cosechan las variedades de ciclo corto y comienza la actividad neurálgica. Se controla la maduración y la calidad del fruto.

 

 

Marzo: Epicentro de la vendimia, que se realiza tanto en forma mecánica como manual, dependiendo de las decisiones y las posibilidades del vitivinicultor.

 

 

Abril: Continúa y finaliza la cosecha. Se hacen abonos en el terreno.

 

Todas estas tareas las llevan a cabo hombres y mujeres cuyos nombres jamás conocemos quienes tomamos uno de sus vinos. Pero ellos, son gran parte de él.

 

¡UN GROS CÂLIN VIGNERONS !

 

 

Los trabajadores vitivinícolas comprenden aquellas personas, que llevan tareas dentro de los viñedos, siembran, cuidan la cosecha, elaboran los vinos, mantienen las fábricas, distribuyen la bebida, entre otras cosas.

Argentina es el séptimo país con más superficie dedicada a la actividad vitivinícola, con 230 mil hectáreas y el sexto país productor de vinos con 11,8 millones de hectólitros.

 

 

El sector de vitivinicultura posee más de 106 mil trabajadores directos y 280 mil indirectos. En las más de más de 900 bodegas que existen  en el país.

Argentina exporta vino principalmente a Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Brasil y Países Bajos. Existen 500 exportadores de vino que comercializan a  otros 127 países en todo el mundo.

Nada de esto sería posible sin el esfuerzo de los miles de trabajadores anónimos que cada día concurren a las bodegas y viñedos a realizar sus labores.

Los propietarios de las bodegas, los enólogos, los ingenieros agrónomos son las caras que todos conocemos. Los críticos son más famosos que todos ellos juntos.  Y pueden decidir el destino de sus bodegas y el trabajo de sus trabajadores.

 

 

En un día como hoy es necesario preguntarnos, como lo hacen en el arte, en la filosofía, en la gastronomía y en la literatura ¿hasta cuándo vamos a permitir la hipertrofia de los críticos? ¿Hasta cuándo el destino del trabajo de nuestra gente, nuestras inversiones, nuestra investigación y desarrollo, nuestras etiquetas, nuestra tradición de productores de vino, van a depender de un puntaje?

 

 

Porque yo creo que si los pioneros de Cuyo, de Cafayate, de Catamarca o de La Rioja, hoy vieran llegar a las delegaciones de los expertos los sacarían a rebencazos del viñedo.

 

 

 

Emilio R. Moya

 

Fuentes: citadas y enlazadas en el texto. La mayor parte de mi mala memoria.
Oscar Tarrío

Director Periodístico Chefs 4 Estaciones en Chefs 4 Estaciones / Ex Editorial Diario La Capital

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Un suplemento del Diario La Capital

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