NOS SOBRAN LOS MOTIVOS

LOS POSTRES CASEROS

 

 

Con el kilo de helado orillando o superando los mil pesos. Un chocolate mediano cerca de los quinientos. Un par de pseudo flanes industriales, postrecitos de supermercados o hasta el viejo y querido alfajor de kiosco por superar la barrera de los cien mangos, ¿no habrá llegado la hora de volver a los viejos postres caseros?

 

 

Esos postres de abuela que llenaron de luz nuestros años de infancia y que, en aras del progreso y la cultura de la velocidad, fueron desapareciendo de las mesas familiares a medida que el azúcar se transformó en el enemigo público número uno. Como si los productos anteriormente nombrados no tuvieran azúcares y mil productos peores añadidos.

 

EL HUEVO DE LA SERPIENTE

 

 

Hace unas décadas, de la mano del discurso de las multinacionales del alimento ultraprocesado y de sus médicos a sueldo, nos vendieron lo “saludables” que eran los postrecitos, los lactobacilus, los flancitos lights y los cereales en copos. Las barritas super energéticas industriales y los productos de choco arroz.

 

 

Queridos lectores traten de pensar por ustedes mismos ¿algo que tenga fecha de vencimiento puede ser saludable? En otras palabras algo que pueda durar más de lo que dura un alimento fresco y natural (que nunca son tres semanas, ni un mes, ni mucho menos dos meses) puede ser “saludable”.

 

Porque para tener “fecha de vencimiento” hay que tener conservantes. Y si alguna propiedad no tienen los conservantes, es la de ser inocuos y saludables. Y además cuentan con una larga lista de aditivos con los que la industria alimenticia los hace más rentables. Por eso no hay nada más progresista en la cocina de hoy, que reemplazar estos productos por aquellos viejos postres caseros. En este post voy a hacer un breve inventario para que los recuerden o los descubran.

 

LOS POSTRES CASEROS DE “ANTES”

 

 

Cómo no recordar aquellos postres deliciosos que poblaron de sabor nuestra infancia. Cómo no rendir un sincero homenaje. Como no presentárselos a los jóvenes que no los conocieron…

 

BUDÍN DE PAN

 

 

FLAN CASERO

 

 

ZINGARELLA O TARANTELLA

 

 

AMBROSÍA

 

 

ARROZ CON LECHE

 

 

BUÑUELOS DE BANANA

 

 

HUEVOS QUIMBO

 

 

NATILLAS CON CANELA

 

 

CREMA CATALANA

 

 

TIRAMISÚ

 

 

PANQUEQUES CON DULCE DE LECHE

 

 

Que les puedo agregar. Que mi madre hacía el mejor flan del mundo, y ahora que no está, lo hace mi amiga Norma. Que la Zingarella es una combinación de bizcochuelo con capa de manzanas caramelizadas a la que se le cocina un flan encima ensamblado. Que mi abuelita Matilde hacía un budín de pan y unos buñuelos de banana memorables. Que mi amiga Marta puede hacer todos estos postres y aún más que no recuerdo. Que jamás probé ninguna ambrosía o huevos quimbo hechos con la magia de mi abuelita Elba de San Juan. Que las natillas con canela y la crema catalana se me dan muy bien a mí. Que Mercedes, la mamá de Oscar, hacía postres caseros exquisitos todos los domingos. Que mi hermana Silvia sigue la tradición postrera de mamá y las abuelas. O que un panqueque recién hecho con dulce de leche es lo más parecido al paraíso. Poco importa lo que diga. Prueben  recuperar estas recetas y conservarlas para las generaciones futuras. Ellos se lo merecen.

 

 

Emilio R. Moya

Oscar Tarrío

Director Periodístico Chefs 4 Estaciones en Chefs 4 Estaciones / Ex Editorial Diario La Capital

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