Oriundo de Vicenza, en Italia, y criado en París, Francia, descubrió su pasión por la hotelería desde muy chico… . De camarero a director ejecutivo de hoteles de prestigio internacional, supo crear ideas irrepetibles en múltiples países. El hotel de Giorgio Armani en Dubái y el de Alan Faena en Puerto Madero forman parte de sus proyectos más exitosos. Explicó cómo logra seguir innovando luego de tantos años de trayectoria
Por Maria Agustina D´Ambra
H Massimo Ianni nació en Italia, vivió en Francia y se especializó en la escuela de hotelería en Suiza
Habla con una mezcla de acentos -francés, inglés y español «aporteñado»- que no permite dilucidar en un primer instante de qué origen es.
Es que Massimo Ianni, de 56 años, es un italiano que vivió en distintas partes del mundo toda su vida, desde muy chico hasta la actualidad, debido a su profesión como especialista en hotelería de lujo.
Nacido en Vicenza, en el norte de Italia, por esas casualidades de la vida terminó viviendo en París, Francia, con toda su familia a pesar de que todos soñaban con irse a vivir a Estados Unidos. «Desde muy chico me relacioné con personas de distintos países. Fui a una secundaria donde los sistemas educativos eran muy distintos y el colegio juntaba a estudiantes de diversas nacionalidades, así que fue muy interesante ese primer contacto», dijo Massimo Ianni.
Luego de terminar el colegio, lo único que tenía en mente eran sus ganas de estudiar teatro: «Me quise anotar en una academia de teatro pero mi padre se enteró y no le gustó para nada la idea, así que en la búsqueda de disciplina, me anotó en una escuela suiza de hostelería. Desde un primer momento me encantó la idea y le agradecí la elección porque para mí era una gran experiencia donde encontré mi pasión y también es una especie de paralelismo entre el teatro, ya que constantemente el público y el escenario cambian».
Tras recibirse de la carrera de hostelería en Suiza, empezó a trabajar con la compañía internacional hotelera Hyatt. «Como todos los de este rubro, empecé como camarero, pasé por las habitaciones y a los 28 años, en 1993, fui nombrado director general del Hyatt acá en Buenos Aires», comentó el hotelero.
Fue así que el italiano se despidió para empezar desde cero con un nuevo proyecto. «Siempre estuve motivado por la creatividad y reconocí la oportunidad de acompañar a dueños de hoteles que quieren desarrollar productos independientes, ayudándolos desde el comienzo a abrir el hotel físicamente, seleccionando gente, capacitándola, encontrando un concepto diferencial y cuando el ‘bebé empieza a caminar’ nuestro trabajo está terminado», aseguró Ianni.
De ese modo, el experto en hotelería encontró un diferencial y trabajó con grandes firmas para lograr el producto final: un hotel de primera gama.
«Hoy el huésped busca lo diferente, conectar con la comunidad y una atención dedicada por parte del hotel. Creo que siempre se destaca de un lugar en donde lo hospitalario sea genuino y real, que al visitante lo traten como en su casa es muy valorado», aseguró el experto.
Y es que de acuerdo a Massimo, las bases tradicionales que obtuvo en la escuela hotelera de Suiza lo siguen ayudando para resolver problemas del hoy: «Entendí que todo el conocimiento y la tradición es la raíz de lo que hacemos. Al cliente le podemos brindar un espacio muy canchero, moderno y con las últimas tendencias en decoración pero no debemos olvidar que al final del día lo que cuenta sigue siendo una buena cama, un buen desayuno y una buena ducha, esa es la base de todo».
Creativo y emprendedor nato, con más de 30 años de experiencia supo innovar constantemente el concepto de lujo: «Hoy el lujo no es algo que la gente desee porque ya lo tienen al alcance. Hace 10 años había cosas que eran lujosas. Hoy la tienen en su casa. Por ejemplo, una vela aromatizada era un elemento lujoso y hoy la tienen todos. Ya no pasa por eso, pasa por curar esas experiencias con la vela correcta, el aroma perfecto en el lugar ideal con la música, brindar una experiencia de lujo es una especie de arte que ya no pasa por lo material sino por la experiencia en sí».
El llamado de Giorgio Armani
Y si de lujo y experiencias sofisticadas se trata, una de las firmas más importantes de la moda, Armani, se contactó con el profesional en el 2010 para contratarlo y que asesore a la marca en su plan para sumergirse en el mundo de la hotelería. Querían inaugurar el primer hotel de Giorgio Armani ubicado en la torre Burj Jalifa en Dubai, la más alta del mundo.
«Trabajé cinco años con el señor Armani personalmente. Giorgio es un hombre que tiene muy en claro la imagen de la marca y el desafío estuvo en traducir su filosofía al mundo de la hotelería. De ese modo, creamos un concepto que se llama ‘alta cultura de la hospitalidad de Armani’, en donde la idea era que el huésped tenga la sensación de que Armani se había ido hace cinco minutos del hotel. Fueron cinco años de un arduo trabajo con más de 150 empleados, idiomas distintos y trabamos todos para llegar a una misma cultura de trabajo», recordó Massimo Ianni.
De acuerdo al profesional, todas las habitaciones fueron diseñadas por el modisto, siguiendo las premisas características de sus prendas, elegancia y sencillez: «La sofisticación del lugar es impresionante, no hubo un solo elemento que no fuera creado por el propio diseñador. Fue muy desafiante entrar a un mundo como el de la moda, que cambia constantemente, que tiene una competencia muy violenta, y hacer entender que lo nuestro es duradero».
«Lo lindo y rico de nuestro rubro es que podés adoptar los principios de base en cosas chiquitas como en mi último proyecto de casas latinas, así como en la torre más alta del mundo en Dubai para Armani», afirmó.
Pero otra de sus grandes oportunidades vino de la mano de Alan Faena. «Me convocaron para trabajar en el 2003 cuando el hotel estaba totalmente destruido. El taxista no conocía ni la calle o ubicación. Hoy es un símbolo y emblema porteño y fue justamente crear un imán de atracción y de interés para la gente. Los hoteles se deben abrir a las comunidades locales» .
Y su amor por Buenos Aires radica en que es una ciudad muy rica, que tiene dentro de la misma, ‘mini’ ciudades: «Es un mix de arquitectura, de herencia gastronómica, de cultura, de tradiciones, de diversión, de noche».
Con la creatividad e innovación como norte, el italiano busca crear conceptos distintos en todos los hoteles: «Ningún concepto es igual al otro«. De este modo, el experto en hotelería presentó un nuevo concepto: Casas Latinas, una selección de hoteles en distintos lugares que representan una forma de crear un viaje lleno de momentos creativos en América Latina e Italia. Y de la que el barrio de Recoleta forma parte con el Hub Porteño.
«Mi visión es curar y gestionar un número limitado de lugares seleccionados para el disfrute de nuestros huéspedes. Casas Latinas es una exclusiva selección de exquisitas fincas, hoteles y resorts en mi país de origen, Italia, y América Latina. Lo distintivo es ofrecer al huésped la oportunidad de vivir y experimentar la esencia, el patrimonio y la hospitalidad de estos destinos exclusivos», confesó Ianni.
«La belleza de esta profesión, es que cada noche es distinta, de ahí el pararelismo que hago con el teatro: el público se renueva, por eso cada cosa que hacemos la tenemos que hacer como si fuera la primera vez», aseguró.
De este modo, Massimo Ianni aseguró que el gran desafío es seguir disfrutando del placer de hacer las cosas, de seguir poniéndole la misma pasión: «El interés y ocuparse de los detalles, esa es la belleza del rubro. Uno puede poner lo mejor de cada uno de manera diaria. Tengo la suerte de hacer lo que me apasiona y me interesa que aquellos que trabajen conmigo lo sientan también».
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