UNA HERRAMIENTA IMPRESCINDIBLE
Buenos días estimados lectores. Desde hace muchos años, más de los que se imaginan, y aún antes de llevar el nombre con el que hoy se conoce, cocineros, fotógrafos, editores y publicistas, han dedicado mucho tiempo a perfeccionar esta actividad.
Si en la mayoría de las actividades, una foto vale más que mil palabras, en gastronomía esta frase cobra dimensiones épicas. Una simple instantánea, tomada hoy desde el celular de un cliente, puede arruinar la reputación de una empresa gastronómica, un restaurante o un chef, al hacerse viral, o llevarlos en andas, hacia la cima.
Esto lo define muy bien Marcela Lovergrove, una de las primeras estilistas de comidas de Argentina y Latinoamérica
“Hoy en día con las redes sociales, todo entra por los ojos y aún más cuando se trata de comida. El Food Styling se ha convertido en una herramienta imprescindible, para construir, mejorar y potenciar una imagen gastronómica”.
Cuarenta años atrás, una sandwichería hacía sus marquesinas, con fotos robadas en los jardines de Quilmes, seguramente hubiera escrito Oberdan Rocamora, si se hubiese dedicado a escribir de gastronomía, y no de política. Las pizzerías hacían lo mismo, y las empresas alimenticias, en sus publicidades, también.
El problema era que el cliente cuando pedía el sándwich, la porción de pizza o el flancito en el supermercado, chocaba contra la realidad, pero se la aguantaba. No había a quién denunciar el atropello a su buena fe.
Por aquella época, los que luego fundaríamos Chefs 4 Estaciones, en su versión papel como suplemento del Diario La Capital de Rosario, ya colaborábamos entre nosotros, haciendo food styling, avant la lettre.
De aquellos fundadores, quedamos muy pocos lamentablemente, algunos partieron muy jóvenes. Pero tanto publicistas, diseñadores gráficos, fotógrafos, cocineros y docentes gastronómicos, formábamos una familia que se reunía para trabajar en conjunto, cuando cualquiera necesitaba una mano.
Así nacieron piezas gráficas, cartas de restaurantes, campañas publicitarias, cambios de menús, ilustraciones para libros de cocina, y muchas celebraciones en torno a la mesa y la amistad.
Esta nota está dedicada a Jorge Santamaría, Atilio Ielpi, y Laura Bass, co-fundadores de nuestro grupo, que siempre llevaremos en nuestros corazones, a Karina Megna, que por razones profesionales ya no está con nosotros, y a Claudia Schmitt, hoy residiendo en Neuquén, con quiénes hicimos producciones y talleres de food styling, antes de que existieran.
LA PRIMERA GENERACIÓN
Marcela Lovegrove, hace ya más de 40 años que se dedica al Food Styling. Fue la primera food stylist, en dedicarse a la enseñanza profesional en Argentina y Latinoamérica. Aprendió, como todos en esa época, de manera autodidacta.
Fue creciendo profesionalmente, y las circunstancias la llevaron a la publicidad, a las agencias, a las productoras de cine y a las marcas de primer nivel.
“Cuando comencé este oficio ni siquiera tenía nombre propio y tuve el placer de formar parte de esa generación que creció y se desarrolló a medida que esta actividad iba tomando forma e importancia hasta convertirse en una necesidad dentro del mundo publicitario y editorial”.
“Jugar en las grandes ligas me exigió estar muy atenta a lo que iba sucediendo en el medio, a los cambios de técnicas y estilos, a las tendencias, a conocer las diferencias entre manejarme en un set fotográfico y en uno de filmación.
Después de tantos años de trabajo, de infinitas campañas publicitarias y editoriales, tanto audiovisuales como gráficas, decidí que ya era hora de compartir todo lo que había aprendido en tantos años de oficio.
Desde el 2013, me dedico a la enseñanza a tiempo completo. En estos 9 años, llevo dictados una gran variedad de cursos con distintas temáticas. He viajado y sigo viajando por toda Latinoamérica (desde República Dominicana hasta la Patagonia Argentina) compartiendo mi experiencia con más de 3.500 alumnos”.
PORTFOLIO
LA NUEVA GENERACIÓN
Verónica Castillo Ormaechea, es una profesional peruana que dirige Vero Food Artist. Es licenciada de Administración de Servicios, en la Universidad de Piura. Estudió tres años de técnicas culinarias dentro de su carrera, y obtuvo una diplomatura en arte culinario, cocina y gastronomía, y un taller de técnicas de food styling.
“Siempre me ha apasionado el mundo gastronómico y publicitario, es por ello que desde el 2007 vengo desempeñándome como Food Stylist, trabajando con las agencias más reconocidas del mundo publicitario en el Perú, así como para importantes empresas del rubro de consumo masivo, restaurantes, hoteles, entre otros.
Hoy en día lidero Vero Food Artist, empresa dedicada al food styling, y al arte de componer alimentos. Nuestro objetivo es ayudar a que los productos de nuestros clientes, muestren su lado más atractivo y apetitoso, a través de la preparación del entorno y de los alimentos, para lograr una fotografía y filmación excepcional.
La satisfacción de nuestros clientes es producto del compromiso, profesionalismo y pasión que el equipo de Vero Food Artist entrega en cada proyecto trabajado”.
La empresa se desempeña focalizando su actividad en cuatro pilares:
ESTILISMO DE COMIDA
Preparar y maquillar los alimentos y su entorno, con el objetivo de hacer más apetecible cada producto, resaltando sus cualidades y afinando cada detalle. Este servicio lo realizan para fines publicitarios como fotos y/o filmaciones para comerciales, redes sociales, paneles, editoriales, entre otros.
ASESORÍA GASTRONÓMICA
Mejorar las recetas o conceptos de los productos de sus clientes a través de un análisis previo, investigación y pruebas de producto.
ESTILISMO GASTRONÓMICO INTEGRAL
Unificar el food styling y la fotografía de calidad , para lograr un servicio eficiente, cuya finalidad es capturar las mejores tomas que contribuyan a construir y/o reforzar la marca de los clientes y a su vez a incrementar sus ventas. Este servicio también puede incluir el diagnóstico de carta y retoque fotográfico.
PRODUCCIÓN DE CAMPO
Realizar la búsqueda, selección y compra de los mejores ingredientes, para la composición de un plato o un conjunto de platos y de la ambientación solicitada.
LOS NUEVOS DESAFÍOS
La diferencia entre la forma en que un cocinero o chef presenta la comida, y la forma en que el estilista de alimentos presenta la comida, es el tiempo y el esfuerzo que toma un estilista, para elaborar y organizar la comida con cautela.
Los arreglos de comida creativos son un arte, que requiere entrenamiento culinario. Los estilistas de alimentos, en su mayoría, tienen formación culinaria como profesionales egresados de una escuela de cocina, o formados por un chef, en un restaurante.
Un plato de comida es un plato de comida. Y esto que parece una redundancia tautológica, es la clave del desafío que enfrenta hoy esta disciplina.
Lo que se representa, debe ser lo que se sirve. O formulando aún mejor el concepto: lo que se insinúa en la fotografía, anuncio, marquesina o comercial de cine o televisión, debe ser superado por lo que se le sirva al comensal en la mesa. Sino el efecto buscado, se transformará en una frustración, y en la pérdida de la capacidad de sorpresa del comensal.
La diferencia entre lo sensual y lo pornográfico, es muy delgada. Y el desafío que enfrenta hoy la profesión de estilista de comidas, es no caer en lo pornográfico, explícito, e imposible de lograr en la mesa real.
Un plato de comida debe ser delicioso, evocar sabores emocionales, desafiar a los sentidos, y no meramente “ser fotogénico”. Es hora de comenzar a pensar en trasmitir no solo el cuerpo, sino también el alma de los alimentos.
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Y esos ya está comenzando a verse en los restaurantes, que poco a poco abandonan los excesos barrocos y se centran más en destacar los productos que integran la comida.
Emilio R. Moya
Fuentes: citadas y enlazadas en la nota