EDITORIAL DEL DOMINGO

EDITORIAL DEL DOMINGO

 

 

REFUTACIÓN DE LOS PREMIOS DEL VINO Y ELOGIO DE LAS BODEGAS Y DE LOS HACEDORES

REFUTATION OF THE WINE AWARDS AND PRAISE OF THE VINEYARDS AND WINEMAKERS

 

Buen domingo estimados lectores. El domingo es el día de la semana que tenemos los editores para expresar con total libertad nuestras opiniones, sin comprometer a los medios que representamos.

Porque el editorial tiene esa particularidad, no es más que la opinión personal del Editor, que no tiene por qué ser compartida, ni por sus colegas del medio, ni por el medio que representa.

Pero que sea una opinión libre, en mi caso, no significa que vale todo. Me gusta fundamentar mis ideas en argumentos. Y mis argumentos en fuentes. Y en el caso de un editorial en principios rectores.

Que son solo dos y muy sencillos. Una vez expresada mi idea general a manera de hipótesis, trato de demostrarla utilizando razonamientos que se apoyan en:

a) la opinión de colegas que respete y que se hayan ocupado del tema anteriormente y,

b) los hechos que siempre son sagrados, e imposibles de ser refutados por ningún argumento. Facts are facts.

 

 

Dicho hecho estimado lector, y para avanzar en la formulación de la cuestión de hoy, lo invito a que reflexione conmigo.

 

 

27 de marzo de 2022, serán las  22 horas P.M. en la República Argentina cuando en el Dolby Theatre de Los Angeles, comience la 94ª entrega anual de los Premios Oscar, de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.

 

 

Hay cinco nominados al mejor actor protagónico: Javier Bardem (Being the Ricardos), Benedict Cumberbatch (The Power of the Dog), Andrew Garfield (Tick, tick…Boom!), Will Smith (King Richard) y Denzel Washington (The Tragedy of Macbeth).

 

 

Imagine por un instante que no hay cinco nominados a mejor actor protagónico. Hay 80 nominados. En 16 categorías: Mejor actor protagónico en película de: Terror, Suspenso, Romance, Western, Musical, Misterio, Históricas, Guerra, Fantasía, Comedia para la Familia, Drama, Sobre Deportes, Policial Negro, Comedia en general, Ciencia Ficción y Aventuras.

 

 

Sígame un poco más estimado lector. Porque además de haber 80 nominados, no se entregará un Oscar por categoría. Se entregarán entre un 30 y un 40 % por cada categoría, con lo que “Mejores actores protagónicos del Año” habrá al menos entre 32 y 24 actores.

 

 

Pero como los Oscars se entregan en cinco categorías generales y 19 específicas, tendríamos un total de 24 categorías a entregar. Con lo que frente a las actuales 24 estatuillas, se entregarían a un promedio de 30 por categoría alrededor de 720.

 

 

Alrededor de las 19 horas del 28 de marzo de 2022, ¿qué valor tendrían esos Premios Oscar comparados con los actuales?

 

 

¿Cuántos espectadores seguirían viendo una trasmisión maratónica de 21 horas entregando más de 700 estatuillas doradas? ¿Habría algún medio interesado en trasmitir ése evento soporífero?

Bueno estimados lectores ese es el principal punto de mi hipótesis: el mundo de la industria del vino y la hipertrofia de sus certámenes, medallas, premios y puntos, lo está conduciendo a que, salvo honradas excepciones, una medalla en la etiqueta, no signifique nada para el consumidor. Cuando casi todos ganan, nadie gana.

 

I

DE LA ARBITRARIEDAD DE LOS PREMIOS

 

 

Figuras de la talla de Samuel L. Jackson, Glenn Close, Tom Cruise, Sigourney Weaver, Ralph Fiennes, Bill Murray, John Malkovich, Greta Garbo, Kirk Douglas, Richard Burton, Lauren Bacall, Groucho Marx o Robert Mitchum, jamás ganaron un Oscar.

 

 

Escritores como León Tolstoi, Virginia Woolf, Jorge Luis Borges, Franz Kafka, James Joyce, Emile Zola, Alfonso Reyes, Italo Calvino, César Vallejo, Julio Cortázar, Paul Valéry, Marcel Proust, Rubén Darío, Mark Twain, Henrik Ibsen o Benito Pérez Galdós, nunca recibieron el Premio Nobel de Literatura.

 

 

Mitos del fútbol, el equivalente a los héroes de los mitos griegos, como Hércules, Aquiles, París o Ajax, pero de carne y hueso, que hacen sus proezas en estadios llenos y son vistos por televisión por miles de millones de espectadores, no escapan a la regla.

 

 

Diego Maradona, Pelé, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Eric Cantona, Gianluigi Buffon, Iker Casillas, Frank Ribéry, Andrea Pirlo, Alessandro Del Piero, Ferenc Puskas, Paolo Maldini, Francesco Totti, Oliver Kahn, Gary Lineker, Dennis Bergkamp, Thierry Henry, Neymar o Raúl no levantaron jamás un Balón de Oro.

Y podría seguir con la lista en cualquier actividad susceptible de tener su Gala de Premiados y su Noche de Alfombra Roja, de glamour y de luces.

 

 

No haber recibido esos reconocimientos ¿los transformó en actores mediocres, peores escritores o dejaron de ser cracks para transformarse en jugadores intrascendentes?

No, estimados lectores, siguieron su camino, construyeron sus historias, que con el tiempo se transformaron en leyendas. Que cada día se agigantan frente a la mediocridad generalizada.

 

 

¿Alguien recuerda los nombres de los miembros del jurado de la Academia de Letras Sueca que en 1901, en la primera edición del Nobel de Literatura, decidió negarle el premio a Tolstoi?

 

 

La respuesta seguramente será: nadie. Sin embargo Tolstoi y su literatura siempre serán recordados. Y su obra maestra “Guerra y Paz” traducida a todas las lenguas de la Tierra.

¿Saben porque le fue negado? Proveniente de una familia que pertenecía a la antigua nobleza rusa, Tolstoi desarrolló en su obra un realismo profundamente vinculado con sus experiencias durante la Guerra de Crimea y el ambiente aristocrático del que formaba parte.

 

ESTA IMAGEN ES UNA DE LAS FOTOGRAFÍAS MÁS FAMOSAS DE LA GUERRA DE CRIMEA. TOMADA POR ROGER FENTON EN 1855, EN ELLA SOLO SE PUEDE VER UNA EXTENSIÓN DE TIERRA YERMA REPLETA DE BALAS DE CAÑÓN. FUE TITULADA EL VALLE DE LA SOMBRA DE LA MUERTE.

 

No obstante, durante los últimos años de su vida, Tolstoi desarrolló un ideario que lo vinculaba con las corrientes anarco-cristianas, cuyas creencias con respecto al activismo sin violencia influyeron en personajes como Martin Luther King y Mahatma Gandhi.

 

 

Tal vez ésta sea la razón por la que el autor ruso no obtuvo el Nobel de Literatura. En su lugar lo recibió el escritor francés René François Armand «Sully» Prudhomme “en reconocimiento especial de su composición poética, que evidencia el elevado idealismo, la perfección artística y una rara combinación de las cualidades de ambos corazón e intelecto”.

Su obra cumbre se llamaba “La Felicidad” y si Usted, estimado lector, posee uno de esos valiosos ejemplares, le rogaría me lo haga llegar.

Así podré al fin apreciar, esa perfección artística que me he perdido, por ignorar la obra de  Sully Prudhomme y perder mi tiempo, leyendo varias veces “La Guerra  y la Paz” de ese looser de Tolstoi.

Primera conclusión relativa: la legitimación no se obtiene por la decisión de ningún jurado, sino por la opinión del respetable, del tiempo y de la trayectoria.

II

LA OPINIÓN DE NUESTROS COLEGAS

 

 

A) Andres Brenner, publicó en EHL Insights un artículo titulado Wine Ratings: When a Gold Medal Isn’t so Golden, Calificaciones de vino: cuando una medalla de oro no es tan dorada.

La revista digital es el medio Oficial de la Escuela de Negocios de Hospitalidad EHL, Route de Cojonnex 18, 1000  Lausana 25, Suiza, en mi opinión la más prestigiosa Universidad del Mundo para estudios de la industria gastronómica y turística.

En el que  decía entre otras cosas, recogiendo diversas opiniones vertidas en un Taller de la Universidad, los conceptos que extracté a continuación.

Los concursos de vinos no son los Juegos Olímpicos. Cuando un vino en particular recibe una medalla de oro, no significa que haya sido el mejor vino de la competencia. En algunos concursos de vinos, de hecho, cientos de vinos pueden recibir medallas de oro.

Según Jérôme Aké Béda, nombrado Sommelier de 2015 para Suiza por Gault & Millau , aquellos que catan vinos en un lado de la sala pueden estar evaluando una botella diferente del «mismo» vino que los catadores en el otro lado de la sala.

 

 

“A veces te dicen desde el principio ‘no juzgues la nariz o la túnica’”, dijo Béda. “Al final, lo que estamos juzgando es solo una pequeña parte de los criterios”.

“Las calificaciones de los vinos están sesgadas, así que no estoy de acuerdo con eso”. Además, cuando solo hay seis personas degustando vino alrededor de una mesa con un moderador, que suele ser un influencer o incluso un miembro de la organización anfitriona, las tensiones pueden aumentar.

“Podría ser una botella que se prepara solo para los degustadores, pero cuando tú, el consumidor, la compras y te la llevas a casa con su llamativa medalla de oro, solo quieres tirarla por el desagüe. Es un cero”, dijo.

En las tiendas de comestibles de toda Europa, las botellas exhiben con orgullo medallas de oro, calificaciones de críticos u otras distinciones variadas. Las competiciones se llevan a cabo en muchas regiones y ciudades: Burdeos, Mâcon, Frankfurt, Bruselas, por nombrar solo algunas, y más cerca de casa, Zúrich y los cantones de Valais y Vaud.

Por ejemplo, en el concurso Vinalies 2018 en París, no menos de 1.035 vinos de todo el mundo y de varias añadas ganaron medallas de plata u oro. Generalmente, un tercio de los vinos participantes se van a casa con un premio.

 

LISTAS NEGRAS Y PRUEBAS CIEGAS

 

 

Las calificaciones de los vinos pueden estar sesgadas cuando el catador conoce el vino que está bebiendo. La forma más efectiva de atenuar el sesgo de calificación, coincidió el panel, es a través de catas a ciegas. “La cata a ciegas es, en mi opinión, la única solución; de lo contrario, se llama salir a tomar una copa con los amigos”, dijo el periodista de vinos, Alexandre Truffer.

 

 

“Me gustaría ver qué pasaría si un crítico de vinos le diera una calificación baja a un château prestigioso. Si está en la lista negra también podría cambiar de profesión. Probablemente pueda predecir las calificaciones y los comentarios del Angelus 2027”, dijo Truffer en tono de broma.

 

 

Gildas L’Hostis , profesor principal de vinos de EHL, dijo que resuelve el problema del sesgo en las calificaciones de los vinos al no mirar nunca las calificaciones antes de las catas de vinos con sus alumnos.

Lo importante es su emoción al probar, que sigan siendo aventureros y amplíen sus horizontes.

Este sentimiento fue compartido por la alumna de EHL y consultora de vinos Johanna Dayer . Al probar el vino, dijo, “nunca debes presionarte porque es un proceso muy personal”.

Durante la mesa redonda, Cédric Bourassin , jefe de cocina del restaurante Berceau des Sens de EHL , también trazó paralelismos con la presión a la que están sometidos los chefs para complacer a las diversas guías, en particular la Guía Michelin y Gault&Millau , y hacer frente a los caprichos de las reseñas de los clientes y blogueros

El panel de discusión sobre «Calificaciones, puntajes, reseñas de restaurantes y vinos en 2018» se llevó a cabo en EHL en Suiza, el 15 de mayo de 2018 como parte del “2º Taller de Gestión de Vinos y Hospitalidad”.

B) Rachel Clemons ,Senior journalist, de la Revista Digital Choice de Australia, con Maestría en Ciencias de la Nutrición del King’s College London, dónde fue además investigadora y una Licenciatura en Ciencias de la Salud de la Universidad de Adelaide, escribió el 9 de octubre de 2014 un artículo sobre este tema.

The reliability of wine awards , La fiabilidad de los premios de vino en dónde se formulaba la siguiente pregunta: ¿Should you trust medal to help you pick a good drop?

¿Deberías confiar en una  medalla  para que te ayude a elegir un buen trago?     

“Es posible que esté buscando una botella de vino barata y alegre para disfrutar con la cena un viernes después del trabajo, o tal vez esté más interesado en una bebida de calidad para regalar.

Cualquiera que sea el caso, una medalla (o tres) en la etiqueta de un vino puede llamar su atención y ayudarlo a reducir su elección. Pero, ¿qué tan confiables son?

 

MARKETING DE MEDALLAS

 

 

Existe una notoria sobrecarga de premios. Solo los Royal Melbourne Wine Awards de 2013 otorgaron 1389 medallas, es decir, el 44 % de los vinos que participaron en la competencia. Buenas noticias para los ganadores de medallas, pero el resultado es un campo minado de medallas para los consumidores.

 

 

Cuando la gente ve una medalla de bronce, plata u oro, algunos asumen comprensiblemente que esas medallas fueron otorgadas a los ganadores del primer, segundo y tercer lugar. Pero el hecho es que todos los participantes de la feria de vinos que reciben una puntuación superior a un cierto número reciben una medalla.

 

LA PROLIFERACIÓN DE LOS PREMIOS

 

 

La proliferación de Concursos de Vinos ha enturbiado las aguas y diluido su valor para los consumidores. El portal de la Industria del Vino, Winebiz enumera 66 Concursos, para 2014 solamente en Australia, y hay muchos más en el extranjero.

Para cada tipo de vino parece haber una exposición de vinos apropiada para mostrarlo, ya sea que esté elaborado con una variedad alternativa o uva cultivada orgánicamente, por un enólogo pequeño o boutique o por un aficionado.

Los involucrados en las ferias de vinos de la ciudad capital en particular son críticos con muchas de las llamadas ferias de «Empresas Privadas Pseudonacionales», así como con las grandes empresas que ingresan a ellas para lograr una «tasa de bling» máxima en sus botellas, diciendo que “estamos ganando dinero pero no brindando información útil a los expositores”.

Existe el argumento de que ni los enólogos ni los consumidores los necesitan. Pero el valor de marketing de los premios puede resultar en el mal uso de las medallas, lo que no solo pone en desventaja a los productores que solo muestran medallas legítimas en la etiqueta, sino que también es engañoso para los consumidores.

Segunda conclusión relativa: hace tiempo que los premios y medallas han dejado de ser un punto de referencia valioso para los consumidores de vinos y un buen instrumento de marketing estratégico.

III

HECHOS Y NO PALABRAS

 

 

Samantha Connew, presidenta de los jueces en el Sydney Royal Wine Show, ese una reconocida enóloga de renombre internacional, que ha recorrido un largo camino, rompiendo techos de cristal y cultivando nuevas vides.

 

 

Después de completar estudios de posgrado en enología y viticultura en su país de origen, Nueva Zelanda, Samantha trabajó su primera cosecha en Oregón, EE. UU., y se enganchó al Pinot Noir .

Se ganó su reputación como una de las mejores enólogas de Australia durante una década en el renombrado Wirra Wirra de McLaren Vale, y en 2007 fue nombrada enóloga roja internacional del año en el International Wine Challenge en Londres.

 

 

Los estudios publicados sobre el sistema de evaluación han demostrado una falta de consistencia en las evaluaciones de vinos en todas las exposiciones de vinos.

La mayor parte de esta investigación proviene de los EE. UU., pero en 2011 se publicó un análisis de las calificaciones de 5654 vinos por parte de los jueces en cuatro ferias de vinos de la capital australiana.

Encontró que solo hay un grado moderado de acuerdo entre los jueces, en términos de las medallas otorgadas a los vinos que participan en múltiples concursos.

El desacuerdo entre los jueces fue más pronunciado en las distinciones entre las diferentes clases de medallas, aunque era menos probable que estuvieran en desacuerdo sobre qué vinos deberían recibir medallas y cuáles no.

Dado que los jueces son humanos y el gusto es subjetivo, el sistema no es infalible y no habrá réplica cada vez. Y los vinos mismos pueden cambiar.

Como explica Connew, «los vinos pueden verse diferentes en diferentes días en diferentes ambientes. No entendemos completamente el mecanismo de eso. Pero esa es la belleza del vino: es un organismo vivo que respira».

Sin embargo, la industria es consciente del problema y las ferias de vinos toman medidas para minimizar la inconsistencia.

«Los jueces del grupo que seleccionamos tienen experiencia en la industria, pero también están bien capacitados», dice Connew.

 

 

Al armar un panel, verifica si los posibles jueces al menos cumplen con estos requisitos: Completó el curso avanzado de evaluación del vino del Australian Wine Research Institute, ha sido seleccionado para el tutorial de Len Evans, o completó un curso Master Sommelier o Wine and Spirit Education Trust .

«Estas calificaciones no son un requisito previo formalizado, pero ciertamente se tienen en cuenta».

«Los miembros del panel han dejado de ser únicamente enólogos para incluir minoristas, personal de ventas y marketing, sommeliers y periodistas y escritores de vinos. En el Sydney Royal Wine Show es mitad y mitad», dice Connew.

Tercera conclusión provisional: los hechos demuestran que las opiniones de los especialistas están en lo cierto. La objetividad de los jurados está siendo seriamente cuestionada, la proliferación de los certámenes que premian a los vinos, resulta excesiva. La cantidad de medallas que otorgan, también.

 

CONCLUSIONES

 

 

Estimados lectores: si usted piensa que el objetivo de mi editorial es quitarle valor a los premios que están obteniendo nuestros vinos, en cuánto certamen internacional participan, estará equivocado de cabo a rabo.

Apunto hacia otra cosa. A nuestras estrategias de comunicación obsoletas, que todavía se basan en anunciar esos logros, en lugar de educar a los consumidores.

Hace tiempo que nuestros competidores en los mercados internacionales, especialmente Chile, han dejado de basar sus estrategias en medallas y puntajes.

Eligen medios, cuentan historias, organizan visitas, escapan de los diarios de papel, seleccionan los medios meramente locales con precisión quirúrgica.

Para una bodega chilena una nota en El Mercurio, importa muchísimo menos que una nota en un magazine digital especializado en vinos o enoturismo de alcance global o en un blog con 500.000 seguidores.

Mientras que en Argentina una nota en Clarín o en La Nación, todavía pareciera un modo interesante de promocionar un lanzamiento de etiqueta o la comunicación de un premio obtenido.

Los actuales consumidores de vino, en primer lugar buscan experiencias de conocimiento integrales. Asisten a catas, a catas virtuales, a degustaciones, a maridajes. Eventos presenciales, cursos a distancia. Y a las vinerías especializadas.

Viajan a las Bodegas, están abiertos a probar cosas nuevas y son casi imposibles de fidelizar según los antiguos esquemas.

Entonces vayamos a mi Tesis: todo lo bueno que vienen haciendo las bodegas, los winemakers, los enólogos, los sommeliers, los trabajadores de la industria, los inversores, los cocineros y cocineras de las bodegas, el personal de los hoteles y spas de las bodegas, los arquitectos, los profesionales de turismo, que en los últimos veinte años han llevado al vino argentino a las estanterías de muchos países, corre serio peligro de entrar en estancamiento o retroceso.

 

 

¿Por qué motivo? Porque las estrategias de comunicación están equivocadas y no alcanza solamente con WOFA, para salir a competir en el mundo.

Si usted, estimado lector, no me cree, lo invito a que consulte on line, las cartas de vino de los restaurantes de los cinco continentes.

 

 

Y me diga en cuantos restaurantes que no sean argentinos o propiedad de argentinos, encuentra más de una etiqueta de nuestros vinos. O en cuantas cartas de vinos de Blogs especializados. Y en cuantos encuentra más etiquetas de vinos chilenos, australianos, neozelandeses, de Napa Valley o españolas. Porque decir francesas o italianas sería una obviedad. Lo ayudo con un par de ejemplos.

 

 

COMO CIERRE

El objetivo de un Editorial es abrir una polémica. Para que todos los actores involucrados tengan la oportunidad de expresar su derecho a réplica.

Por lo tanto a partir de hoy, y como supo decir alguna vez, Don Ovidio Lagos, el fundador del diario La Capital de Rosario, decano de la Prensa Argentina: las páginas de Chefs 4 Estaciones pertenecen al pueblo.

Recibiré con gusto sus notas, tanto para apoyar, para criticar, o para opinar de una forma original acerca de los temas tratados en este editorial. Están invitados todos los actores de la Industria del Vino.

Muchas Gracias por su tiempo.

 

Emilio R. Moya

 

Fuentes: citadas y enlazadas en la nota

 

Oscar Tarrío

Director Periodístico Chefs 4 Estaciones en Chefs 4 Estaciones / Ex Editorial Diario La Capital

3 Comentarios
  1. Muy buen Editorial. Comparto plenamente los conceptos vertidos. Mientras leía sobre los premios y el marketing alrededor del vino cuyo objetivo es globalizar el mercado y hacer subir los precios, recordé las palabras de un pequeño productor de Scilla, Calabria con un estupendo viñedo a terrazas sobre el mar del Estrecho de Messina, después de explicarme todo su proceso productivo: «Vino es el fruto de todo este itinerario. No hay que confundirlo con las bebidas a base de vino con grandes etiquetas» . Muchas «grandes botellas» son excelentes bebidas que recuerdan mucho, y muy bien, al vino.
    Pablo Lilli

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Un suplemento del Diario La Capital

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