Delivery gourmet en Estados Unidos
Coronavirus en Estados Unidos: la historia del argentino que reinventó su restaurante y es un éxito en plena crisis
En el mejor momento de su negocio, Ezequiel Vázquez Ger tuvo que cerrarlo. Pero se reconvirtió y factura casi lo mismo que antes del coronavirus.
Después de haber vivido casi 10 años en Estados Unidos, el argentino Ezequiel Vázquez Ger creía que había tocado el cielo con las manos. En abril del año pasado había inaugurado “Seven Reasons” en Washington, un restaurante gourmet de inspiración latinoamericana con un concepto original que se convirtió, en menos de seis meses, en el mejor restaurante de la ciudad para The Washington Post, y el mejor nuevo de todo Estados Unidos para la revista Esquire. Asociado con el chef venezolano Enrique Limardo y un grupo de inversores, Ezequiel dejó de lado su consultora política para colocar su energía en este emprendimiento que se convirtió de pronto en un lugar top de la capital estadounidense, donde había que pedir reserva un mes antes y los Obama buscaban mesa para cenar.
Pero en una semana, por culpa del coronavirus, el mundo de Ezequiel pareció desmoronarse. Como tantos otros restaurantes de la ciudad, a medida que avanzaban las restricciones de las autoridades, primero tuvo que dejar de ocupar la mitad de las mesas para mantener la distancia entre los comensales, pero luego lo obligaron a cerrar el coqueto local sobre la calle 14: sólo autorizaban a hacer delivery, casi una sentencia de muerte para un local gourmet, donde cada plato no solo es exquisito sino también una obra de arte.
–¿Cómo se adaptaron a esta nueva situación?
–Cuando nos ordenaron cerrar fue el día más difícil de mi vida porque le tuve que decir a las personas que trabajan con nosotros que al día siguiente no iban a poder venir más. Muchos restaurantes, en lugar de buscarle la vuelta a la situación, decidieron cerrar por completo y pedir financiamiento al gobierno para poder seguir manteniéndose. Es una vía válida, pero a mí no me terminaba de cerrar. Yo quería buscar la forma de seguir vendiendo y pagarle a la gente. Entonces a partir del cierre, empezamos con 5 personas nada más y le dimos una oportunidad al tema del delivery. No había restaurantes abiertos en la ciudad, pero hay miles de personas que seguramente no quieren cocinar todos los días en sus casas, sino que quieren seguir pidiendo comida y vivir la experiencia de otra manera. En el primer día la facturación fue muy chica, sólo 1.000 dólares. El segundo 3.000, el tercero 4.000 y el cuarto día, que fue un viernes, nos explotó el sistema. Entre las 6 y 6.15 de la tarde nos entraron más de 300 pedidos y no pudimos aceptarlos todos. Nos quedamos sin comida porque no nos habíamos preparado para esa cantidad. En ese momento dijimos: hay una demanda de comida en la casa, tenemos que reestructurarnos y volver a salir.
–¿Cómo se readaptaron los mozos y otros empleados a sus nuevas funciones?
–Todo el mundo se tuvo que adaptar. El manager general, que antes tenía a su cargo a 15 personas durante el servicio, ahora se encarga de que todos los pedidos estén listos en el momento en el que tienen que estar para que la gente los venga a buscar. Uno de nuestros mozos, que antes tomaba los pedidos y tenía interacción directa con la gente, ahora coordina todo los delivery y se asegura que los conductores que llevan los pedidos estén donde tienen que estar en cada momento. Otros mozos ahora manejan sus autos y llevan los pedidos a las casas de la gente. Todos nos tuvimos que adaptar, pero ha sido un éxito. Antes de la crisis, un viernes y sábado normal había 220 o 250 personas cenando en el local. Este viernes hubo más de 200 pedidos para delivery. Antes facturábamos 18.000 dólares por viernes y ahora más o menos 16.500.
–¿Qué lecciones te dejó esta crisis? ¿Qué aprendiste?
–La lección principal es reafirmar lo que siempre quise hacer. Uno emprende algo y las cosas pueden ir muy bien pero también muy mal, a veces por circunstancias que son externas. Uno nunca puede bajar la cabeza, hay que seguir mirando hacia adelante, viendo como reinventarse. Entendiendo que la responsabilidad que uno asume cuando emprende es muy grande, creo que no hay crisis que pueda tumbarte.
Oscar Tarrío
Director Periodístico Chefs 4 Estaciones en Chefs 4 Estaciones / Ex Editorial Diario La Capital