Los food trucks son mucho más que una moda pasajera. Salvo que ustedes consideren un lapso de casi dos siglos, un período breve. Suponen para chefs jóvenes o desconocidos, la posibilidad de lanzar sus creaciones, sin necesidad de hacer una inversión desorbitada.
Y ofrecen un servicio personalizado, que le confiere un atractivo adicional, a esta oferta gastronómica.
Pero ¿cómo empezó esta forma de comida sobre ruedas?
LOS INICIOS DEL NEGOCIO DE LA COMIDA SOBRE RUEDAS
Este modelo de negocio gastronómico, no es nada nuevo. Si nos remontamos a los inicios de los food trucks, podríamos decir que se comenzaron a emplear, durante los viajes de las caravanas que se dirigían al Lejano Oeste.
En ese entonces se llamaban Chuck Wagon, y llevaban comidas y condimentos, para surtir a los vaqueros, en sus largas travesías por el desierto.
Por aquellos años, la demanda de suministros de comida era tan complicada de satisfacer, que algunos emprendedores, idearon estos primeros modelos de carros de comida, que recorrían trayectos de difícil acceso y carreteras sin asfaltar.
Por estas tierras del sur de América, en carretas que se dirigían desde Cuyo a Buenos Aires, para llevar vinos y provisiones, algunos comerciantes, empezaron también a llevar cocineros, para preparar comida para los conductores y custodios de las caravanas.
Así que, este fenómeno tan de moda en los centros urbanos, comenzó en los desiertos y en la soledad de las pampas y las cordilleras americanas.
La única diferencia, entre los primeros y los actuales, está en las apariencias, ya que los de hoy además de funcionales, son cada vez más originales.
Y en esa originalidad, no hay ninguna restricción. ¿No me creen? Los invito, queridos lectores, a ver la galería de imágenes siguiente.
Hasta el domingo, si la Copa del Mundo lo permite…