UN DÍA PARA NO OLVIDAR

UN DÍA PARA NO OLVIDAR

 

 

Cada año, el primer viernes de junio, se celebra el Día Mundial del Donut. Con o sin glaseado, rellenos o no, han trascendido todas las fronteras y sustituido en popularidad,  pasteles similares como las  Berliner Pfannkuchen, conocidas como berlinesas en castellano y en el Río de la Plata, como Bolas de Fraile.

 

 

Si algo les faltaba para ser universales, la popular serie Los Simpsons, los llevó de la mano de Homero a los cinco continentes y a convertirse en un verdadero ícono.

 

 

En muchas tiendas de Estados Unidos las obsequian para festejar la fecha que, curiosamente, no nació por motivos comerciales. Y eso es suficiente para que valga la pena contar esa historia.

 

 

Ya que no solo no fue creado por cuestiones económicas, ni por las redes sociales, ni por iniciativa de un grupo de entusiastas, sino en reconocimiento a un grupo de jóvenes mujeres anónimas, llamadas Doughnut Dollies durante la Primera Guerra Mundial.

 

 

Aunque las páginas de los grandes medios del mundo, se hayan olvidado de aquel grupo de mujeres, que al mando de una joven nacida en Inglaterra, cruzaron el Atlántico para asistir a los doughtboys, como se conocía popularmente a los soldados americanos en la Primera Guerra Mundial, nosotros no las olvidamos.

 

 

En reconocimiento a la labor de estas jóvenes heroínas, se creó el Día Nacional del Donut, celebrado por primera vez el 7 de junio de 1938. Y en Chefs 4 Estaciones, creemos que la mejor manera de celebrar, es saber qué celebramos.

 

 

Y por qué cada mañana, en cualquier rincón de los Estados Unidos, cada tienda de donuts, abre sus puertas tras haber preparado durante la madrugada, al menos veinte variedades de la popular rosquilla.

 

 

¿QUIÉNES FUERON LAS DOUGHNUT DOLLIES?

 

 

Durante el año 2018, con motivo de conmemorarse el Centenario de la Primera Guerra Mundial, Bill Betten, codirector del Grupo de Trabajo del Centenario de la Primera Guerra Mundial de California, publicó un artículo titulado The Salvation Army Doughnut Dollies of WW1.

 

 

En el basamos gran parte de esta nota ya que tuvo la oportunidad de recoger testimonios de primera mano. Lo que nos permitió además, entender que la forma tradicional del donut, no surgió en el frente de batalla por seguir la tradición holandesa-americana de New Amsterdam-New York, sino por razones mucho más tristes.

 

 

La historia considera generalmente que el origen del donut debemos buscarlo en el dulce navideño neerlandés oliebollen, literalmente bolas de aceite, que estos trajeron a Nueva Ámsterdam, la futura Nueva York en el siglo XVI. Y que en los siglos subsiguientes evolucionó hacia el donut que hoy en día conocemos. Y eso es cierto. Pero no fue lo que lo hizo tan popular. Hasta la Primera Guerra Mundial, era un pastel más.

 

 

Pero la guerra lo cambió todo. Las Doughnut Dollies eran voluntarias del Ejército de Salvación Americano. Establecido desde hace mucho tiempo en Gran Bretaña, el Ejército de Salvación era un recién llegado a Estados Unidos.

 

 

Estaban ansiosas por ayudar por lo que su líder, la Comandante Evangeline Booth, le sugirió al general Pershing que le permitiera enviar a sus miembros a Francia.

 

 

Para llevar un poco de hogar a los chicos que estaban peleando lejos de sus casas. En aquel momento, las mujeres que ayudaban durante una guerra, generalmente no estaban en la zona de batalla real. Europa reconoció el valor del poder de la mujer tanto en el hogar como en el campo de batalla, pero no Estados Unidos.

 

 

La Comandante Booth les dijo a sus voluntarias que sirvieran simplemente haciendo todo lo útil y bondadoso que tuvieran a mano.

 

 

Además de hacer café y donuts, ayudaban con la enfermería, leían cartas a los analfabetos o heridos y les ayudaban a escribir cartas a casa.

 

 

Remendaron los uniformes de los soldados, trajeron música y momentos de paz en medio de la guerra. Las chicas del Ejército de Salvación se hicieron famosas y amadas por sus sonrisas y por su cocina casera.

 

CÓMO NACIÓ LA FORMA DE LA ROSQUILLA

 

 

Los soldados estaban alimentados con comida del ejército, tal vez buena para el estómago, pero no tanto para el alma. Las Dollies o Lassies, como ellos las bautizaron, se preocuparon por ellos. Los hicieron sentir como en casa, les recordaron  por lo que estaban luchando.

 

 

Escucharon sus problemas. Elevaron su moral. Los ayudaron cuando lo necesitaban. Y les permitieron permitirse un capricho y una taza de café.

 

 

Ciertamente, el obsequio redondo con un agujero en el medio no sucedió hasta después de que los Donut Dollies estuvieron un tiempo en el frente. Aunque servían empanadas y albóndigas, el donut como lo conocemos no existía.

 

 

Y es aquí donde surgió el qué necesitas, por el que se conoce al Ejército de Salvación. Cuando los soldados heridos y mutilados, mencionaron que tenían problemas para sostener una taza de café, se preguntaron si la rosquilla podría ser más fácil de manejar.

 

 

Uno de los soldados junto con las Dollies, creó un cortador de galletas con una pieza redonda en el medio que haría un agujero en la masa.

 

 

Servir productos horneados era imposible considerando las condiciones de las trincheras y las raciones limitadas, fue allí que dos voluntarias, la alférez Margaret Sheldon y la ayudante Helen Purviance, comenzaron a freírlos en los cascos de los soldados. Y así nació el donut como lo conocemos hoy.

 

 

Así los soldados heridos pudieron sostenerlo, sin ver o con las manos vendadas, con la ayuda de un palillo o de cualquier otra forma, pero por sus propios medios.

 

EN EL FRENTE DE BATALLA

 

 

Aunque el Ejército de Salvación es una organización cristiana benéfica internacional que opera con uniformes y rangos militares, no estaban en el ejército estadounidense.

Se les entregó un casco y una máscara antigás. Si se le ordenaba a su división en particular que se trasladara a otro lugar, los Dollies iban con ellos.

 

 

El Ejército de Salvación levantó sus tiendas de campaña y creó cocinas con los escombros de los edificios bombardeados, dondequiera que pudo.

 

 

Servir a los soldados sus donuts y café se convirtió en su prioridad. Algunas freían entre 2000 y 5000 donuts al día. Una vez, una Dolly llamada Geneva Staley horneó un pastel de cumpleaños para el general Pershing, quien le dijo que tenía el poder de llegar al corazón de cualquier hombre.

 

 

Cora Van Norden estaba adscrita a la 18.ª Infantería de del Ejército, 82ª División. Fue galardonada con la Mención de la Estrella de Plata en 1918 por  Su comportamiento excepcionalmente valiente en la noche del 16 de mayo de 1918 cuando, bajo fuego de artillería y alarma de gas.

 

 

Cora llevó su camión con los suministros necesarios a Serrevilliers. Durante el bombardeo, mostró un total desprecio por su propia seguridad y un valor más allá del llamado del deber. También recibió cinco veces la Medalla por Servicios Distinguidos y la Cruz de la Legión de Honor y la Croix de Guerre de Francia.

 

UNA EPOPEYA QUE NADIE RECUERDA

 

 

No fueron más de cien o ciento veinte jóvenes mujeres que dejaron la comodidad de sus hogares, para sumergirse en el infierno de la guerra más terrible que se haya librado hasta hoy.

 

 

Stella Young tenía diecinueve años y estaba estacionada en un sector en el que se detenían la mayoría de las tropas que pasaban. Stella tenía un rostro dulce y sonriente que se hizo mundialmente famoso, cuando un fotógrafo se fijó en ella y le pidió una fotografía.

 

 

Esta foto mostraba a Stella con su uniforme de Donut Dolly y su casco de acero sosteniendo una enorme fuente llena de donuts.

 

 

La imagen llegó al corazón de los estadounidenses en tiempos de guerra, y se convirtió en el símbolo del esfuerzo bélico del Ejército de Salvación.

 

 

Y asociado al patriotismo y al heroísmo de esas jóvenes, el donuts, se convirtió de la noche a la mañana en el pastel más querido por todos.

 

 

Cosa que no tengan la más mínima duda, Homero Simpsons, desconoce por completo y va celebrar su día, como corresponde a un americano del medio oeste, comiendo tantos donuts como resista.

 

 

Emilio R. Moya

 

Fuentes: citadas y enlazadas en la nota

 

Oscar Tarrío

Director Periodístico Chefs 4 Estaciones en Chefs 4 Estaciones / Ex Editorial Diario La Capital

NODO norte

Un suplemento del Diario La Capital

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