LO QUE SABÍAN TUS ABUELAS

ADEMÁS DE COCINAR

 

 

Buen domingo, amable lector. Hoy es el último domingo de noviembre, el noveno mes del año según indica su nombre. Perdón, el undécimo debí decir, ya que eran diez meses que culminaban en “diciembre” el décimo, hasta que a Julio César se le ocurrió agregar “julio” y para no ser menos a su sucesor Augusto, agregar “agosto”, con lo que a pesar de que el Papa Gregorio XIII cambio el calendario juliano en Occidente por su propio calendario, mantuvo los doce meses, eliminó once días y agrego el “año bisiesto”.

 

 

Digo en Occidente, porque por ejemplo en Rusia, la revolución de Octubre, ocurrió en Noviembre. Ya que los ortodoxos, rechazaron la reforma católica.

 

 

¿Nunca se preguntó porque nosotros, tan afectos al sistema decimal, medimos el tiempo en horas de sesenta minutos? ¿O en minutos de sesenta segundos? Y siendo así ¿Por qué los días no son de sesenta horas, sino de 24? Usted, amable lector, que confía tanto en los números: la cantidad de gramos de harina de una torta, los kilogramos de su peso, los niveles de azúcar en sangre, la ubicación que le brinda su GPS, tiene idea ¿en qué se basan?

¿Sabía usted que su abuela o su bisabuela eran expertas matemáticas que sin la ayuda de ningún artilugio podían “traducir” recetas anglosajonas y adaptarlas a nuestro modo de pesos y medidas en una época en que la mayoría de los productos estaban destinados o procedían de las islas británicas? ¿O que su abuelo o bisabuelo era un experto en convertir “pulgadas” en centímetros o “pies” en metros?

Hoy le propongo un ejercicio mucho más sencillo: una lección de repostería auténticamente anglosajona, pero sin traducción de mi parte. Eso sí, le adjunto una tabla de conversiones y una lección de historia sin cargo. Para poder comprender de dónde vienen las cosas y porque son como son. Y para que cuando mire hacia atrás, y contemple las civilizaciones antiguas, sepa cuánto les debemos.

 

BREVE HISTORIA DE LA MEDICIÓN DEL TIEMPO Y DEL ESPACIO

 

 

El sistema sexagesimal es un sistema de conjuntos de numeración posicional que emplea como base el número 60. Tuvo su origen en la antigua Mesopotamia, en la civilización Sumeria. El sistema sexagesimal se usa para medir tiempos (horas, minutos y segundos) y ángulos (grados) principalmente. El uso del número sesenta como base para la medición de ángulos, coordenadas y medidas de tiempo se vincula a la vieja astronomía y a la trigonometría. Era común medir el ángulo de elevación de un astro y la trigonometría utiliza triángulos rectángulos. Al igual que en el caso del sistema decimal, el origen se remonta a una manera de enumerar usando los dedos de las manos.

 

 

En la Antigüedad los habitantes del llamado Creciente Fértil señalaban con el pulgar y contaban con cada una de las 3 falanges de los restantes dedos de la misma mano, comenzando por el meñique. Con este método se puede contar hasta 12. Y para seguir con cifras mayores, cada vez que realizaban esta operación se levanta un dedo de la mano libre —la izquierda— hasta completar 60 unidades (12 x 5 = 60), por lo que este número fue considerado una «cifra redonda», convirtiéndose en una referencia habitual en transacciones y medidas. Similar suerte corrió el número contado en la mano derecha, el 12, y algunos múltiplos como 24, 180 (12 x 15, o bien 60 x 3) y 360 (12 x 30, o bien 60 x 6). Por esto, el sistema sexagesimal se emparenta en su raíces históricas con el sistema duodecimal. Esta forma de contar con los dedos (hasta 12 y, luego, hasta 60) sigue siendo usada en la actualidad por algunos habitantes del Medio Oriente.

 

 

En Babilonia se dividió la circunferencia en 360 arcos iguales. Cada una de esas partes recibió el nombre de grado y a cada una de ellas se le asignó un dios. En el zodíaco vuelve a aparecer el doce, pues esa cantidad de signos o «casas» tiene el sistema, abarcando un arco de 30 grados y un conjunto de la misma cantidad de dioses. El sistema religioso era muy estricto y dogmático y exigía que los ángulos fueran construidos mediante regla no graduada de un solo borde y longitud indefinida, más un compás de abertura fija, mientras se trazaba una circunferencia, pero que se cerraba al levantarlo, con lo que no era posible usarlo para transportar segmentos o medidas. Este sistema de construcción geométrica era considerado de origen y uso divino; según estas creencias el universo había sido creado con ese método de construcción geométrica.

 

 

En base a este sistema siglos más tarde los griegos establecieron las coordenadas en grados, minutos y segundos y constituyen el principio en que se basan los satélites de geo localización y sus GPS.

 

 

Los antiguos egipcios fueron los primeros en usar 24 horas para dividir el día. Dividieron el día en 12 horas desde el amanecer hasta el atardecer, y la noche en otras 12 horas desde el atardecer hasta el amanecer. Calcularon que el año duraba 365 días y decidieron dividirlo en doce meses de 30 días cada uno y cinco días festivos. Y finalmente con el tiempo hasta los romanos lo adoptaron.

 

LOS PESOS Y MEDIDAS

 

 

A lo largo de la historia cada civilización ha impuesto su propio criterio para describir el mundo que le rodeaba. Por eso cada cultura desarrolló una forma diferente de medir longitudes, pesos y volúmenes, algo que se hacía indispensable, entre otras cosas, para la construcción, las obras públicas o el comercio. Cuando la civilización se expandía e iba invadiendo a otras culturas, imponía sus sistemas métricos o, si los de los países conquistados eran mejores, los adoptaba. El problema vino cuando diferentes civilizaciones querían comerciar entre ellas y cada una tenía un sistema métrico diferente, lo que dificultaba saber cuánta cantidad de trigo o de aceite había realmente. El sistema métrico decimal se introdujo con la Revolución Francesa y a medida que Napoleón iba invadiendo Europa fue extendiendo este sistema. Aun así, todavía pervivieron en la agricultura medidas antiguas como las arrobas (11,502 kilos y cuyo símbolo, @, utilizamos en los e-mails).

Sin embargo, los países anglosajones, gracias a su insularidad, quedaron con su sistema, de forma que la distancia se mide en millas, yardas, pies y pulgadas; el peso, en libras y en onzas y los volúmenes, en pintas o galones. Lo de la convivencia de dos sistemas supone un problema que ha causado innumerables quebraderos de cabeza.

Existen medidas de origen británico que seguimos utilizando. En náutica y aeronáutica se siguen usando nudos, millas y pies. En los equipos de aire acondicionado es frecuente encontrar la unidad BTU, abreviatura de British thermal unit, que es la cantidad de calor necesaria para elevar una libra de agua un grado Fahrenheit. De la misma manera, el gauge o calibre de los cartuchos se mide con una cifra que equivale al número de perdigones necesarios para una libra. Por si no era suficientemente complicado utilizar unidades británicas, esta, además, es inversa, ya que cuanto más pequeño sea el perdigón, mayor será el calibre.

 

UNA AYUDA QUE NO TENÍAN LAS ABUELAS

(UTILICE LA TABLA PARA REALIZAR LA RECETA DE LA TORTA DE CHOCOLATE, RECUERDE QUE SU ABUELA LO HACÍA MENTALMENTE SIN NINGUNA TABLA, PRUEBA DE ELLO SON LOS NUMEROSOS RECETARIOS QUE HE PODIDO LEER EN ESTOS ÚLTIMOS TREINTA AÑOS, INCLUYENDO LOS DE MIS PROPIAS ABUELAS)

 

 

ES HORA DE LAS RECETAS

 

EASY CHOCOLATE CAKE

 

 

INGREDIENTES

Para el pastel

8 oz de harina común

12½ oz de azúcar en polvo

3 oz de cacao en polvo

1½ cucharadita de levadura en polvo

1½ cucharadita de bicarbonato de sodio

2 huevos de gallina

9fl oz de leche

4½ fl oz de aceite vegetal

2 cucharaditas de extracto de vainilla

9fl oz de agua hirviendo

Para el glaseado de chocolate

7 oz de chocolate natural

7fl oz crema doble

 

PREPARACIÓN

Pre caliente el horno a 180C / 160C. Engrase y forre dos moldes para torta de 8 pulgadas.

Para el pastel, coloque todos los ingredientes del pastel, excepto el agua hirviendo, en un tazón grande para mezclar. Con una cuchara de madera o un batidor eléctrico, bata la mezcla hasta que quede suave y bien combinada.

Agregue el agua hirviendo a la mezcla, poco a poco, hasta que quede suave. (La mezcla de pastel ahora estará muy líquida).

Divida la masa del bizcocho entre los moldes para torta y hornee en el horno durante 25–35 minutos, o hasta que la parte superior esté firme al tacto y un pincho insertado en el centro del bizcocho salga limpio.

Retirar las tortas del horno y dejar enfriar completamente, aún en sus latas, antes de glasear.

Para el glaseado de chocolate, calentar el chocolate y la crema en un cazo a fuego lento hasta que el chocolate se derrita. Retire el cazo del fuego y bata la mezcla hasta que quede suave, brillante y espesa. Deje enfriar de 1 a 2 horas, o hasta que esté lo suficientemente espeso para esparcirlo sobre el pastel.

Para armar el pastel, pase un cuchillo de hoja redonda por el interior de los moldes para pastel para aflojar los pasteles. Retire con cuidado los pasteles de las latas.

Unte un poco de glaseado de chocolate sobre una de las tortas de chocolate y luego cubra con cuidado con la otra torta.

Transfiera el pastel a un plato para servir y cubra todo el pastel con el glaseado de chocolate, usando una espátula.

 

ESTA VA CON MUCHA AYUDA

PASTEL DE CAFÉ Y NUECES

 

 

Para mí, lo inusual de esta receta es que el componente de nuez no es simplemente para decoración; una buena cantidad de nueces se muele hasta obtener un polvo fino para usar en el bizcocho, lo que le da al bizcocho una textura tierna y húmeda.

A diferencia de la mayoría de las recetas de pastel de café, supongo, esta receta de pastel de café y nueces usa polvo de espresso instantáneo en lugar del café instantáneo más sutil y simple.

 

INGREDIENTES

 

Para el pastel

 

 

2 – 4 cucharaditas de café instantáneo o polvo instantáneo espresso

1 cucharada de agua hirviendo

50 g (2 oz) de nueces

225 g (1 taza) de azúcar en polvo (azúcar superfina)

225 g (2 barras) de manteca sin sal, ablandada

200 g (1 1/3 taza) de harina común (harina para todo uso)

2 1/2 cucharaditas de levadura en polvo

1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio

4 huevos

1 – 2 cucharadas de leche

 

Para el glaseado

 

 

2 1/2 cucharaditas de polvo de espresso instantáneo

1 cucharada de agua hirviendo

350 g (2 1/2 tazas) de azúcar glas (azúcar en polvo)

175 g (1 1/2 barra) de manteca sin sal, ablandada

Mitades de nuez para decorar

 

INSTRUCCIONES

Para el pastel

 

Precaliente el horno a 180 ° C / 350 ° F

Engrase y forre la base de dos moldes para pastel de 20 cm ( 8 pulgadas).

Disuelva el polvo de café instantáneo en el agua hirviendo. Si desea un pastel con un fuerte sabor a café, le sugiero que use 4 cucharaditas.

Coloque las nueces y el azúcar en polvo en el tazón de un procesador de alimentos y mezcle hasta obtener un polvo fino.

 

 

Agregue la manteca, la harina, la mezcla de café, el polvo de hornear, el bicarbonato de sodio y los huevos.

Blitz nuevamente hasta que tengas una masa suave.

 

 

Con el motor aún en funcionamiento, vierta un poco de leche por el embudo hasta que la masa tenga una consistencia suave y untable.

Divida la masa entre ambos moldes para bizcocho.

 

 

Hornee por unos 25 minutos, o hasta que los pasteles estén ligeramente dorados y una brocheta de pastel insertada en el centro salga limpia.

Enfríe los pasteles en su molde sobre una rejilla de alambre durante unos 10 minutos antes de invertirlos sobre una rejilla de alambre. Retire los moldes para pasteles y el papel de hornear del pastel.

 

 

Deja que los pasteles se enfríen por completo.

 

Para el glaseado

 

Disuelva el polvo de espresso instantáneo en el agua hirviendo.

 

 

Con una batidora de pie con el accesorio de paleta plana, bata el azúcar glas (azúcar en polvo), la manteca y la mezcla de café hasta obtener un glaseado espeso y untable.

 

Para armar la tarta

 

Coloque una mitad boca abajo en un plato o bandeja para pasteles.

 

 

Extienda la mitad del glaseado sobre la mitad y extiéndalo uniformemente.

 

 

Coloca la segunda mitad encima.

Cubre la mitad superior con el glaseado restante.

 

 

Decora el bizcocho con mitades de nueces.

 

 

 

Emilio R. Moya

 

Fuentes: ichef.bbci.co.uk, eatlittlebird.com
Oscar Tarrío

Director Periodístico Chefs 4 Estaciones en Chefs 4 Estaciones / Ex Editorial Diario La Capital

NODO norte

Un suplemento del Diario La Capital

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