CHORI-CHORI CHORIPÁN

 

CHORI-CHORI CHORIPÁN

 

 

Buen domingo estimados lectores. El 18 de marzo, escribí una nota titulada La triste agonía del choripán argentino. En ella narraba las peripecias que había sufrido, la nave insignia de nuestros sandwiches y el camino de los carritos, desde sus inicios, hasta su transformación en sólidos edificios de la costanera porteña.

 

 

Lejos estaba de adivinar o suponer, hasta dónde iban a llegar los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en su afán por no perder la iniciativa de transformar este símbolo patrio, en un producto más, destinado al consumo.

 

 

En aquellos días de otoño, comenzaba la introducción con estas palabras: “Como Roma, un día el choripán, un humilde habitante de las parrillas, que no podía compararse ni en poderío ni en tradición con las carnes argentinas, salió a conquistar el país.

 

 

Avanzando desde la costanera norte y la costanera sur de la ciudad de Buenos Aires, sus legiones fueron conquistando cada rincón de la Argentina. Su arma fundamental: el carrito. Legendario puesto ambulante en el que mediante el fuego del carbón, y el chisporroteo de su grasa al derretirse, se producía un humo aromático que invadía cada rincón, convocando a todo el mundo hacia sus parrillas.

 

 

Sus tentáculos se fueron extendiendo por todas partes: canchas de fútbol, hipódromos, fiestas patronales, religiosas, recitales y reuniones políticas. Allá donde se juntara un grupo de argentinos, allá iban sus legiones.

 

 

En cuestión de años cayeron, una por una, todas las ciudades y todas las provincias. Y se transformó en un verdadero símbolo de la Nación. Pero igual que le ocurrió al Imperio Romano, su crecimiento desmedido y su prepotencia, fue la semilla que hizo posible su actual decadencia y, tal vez, su posible desaparición.

 

 

Comenzó a despertar la envidia de los países vecinos, luego de las provincias del interior, más tarde de los imperios de ultramar y por último perdió su esencia, al convertirse de puestos ambulantes en grandes y coquetos restaurantes a mediados de los años sesenta”.

 

 

EL HUEVO DE LA SERPIENTE

 

 

El 15 de marzo de 2014, se produjo un hecho que cambiaría la historia del choripán moderno. La ciudad de Córdoba, capital de la provincia del mismo nombre, último refugio del choripán tradicional, organizó el Primer Campeonato Mundial del Choripán, y le produjo una terrible herida al narcisismo porteño.

 

 

Desde las 19 horas en la Avenida del Dante (calle Deodoro Roca) los choripaneros de aquella ciudad se ordenaron, uno al lado del otro, en esta arteria emblemática del choripán, para ofrecer sus especialidades a las brasas, con pan y mucho chimichurri.

 

 

Cada familia podía comprar a precio promocional de 25 pesos, el «chori» de su preferencia, ya que cada carro presentó una propuesta especial.

El Festival Mundial del Choripán también tenía como objetivo, homenajear el trabajo de los choripaneros locales, y al choripán como uno de los elementos más arraigados de la gastronomía cordobesa.

El evento prosperó, al calor de las multitudes que convocaba, para llegar este año, a más de 70 puestos, ya integrado al calendario de eventos gastronómicos de la Nación.

Y no sólo prosperó, sino que logró fusionar los dos perfiles, más nítidos, de la identidad cultural alimenticia cordobesa: el chori y el humor. Así hoy el nombre completo del evento es: Festival del Humor y el Choripán, y en ese marco se celebra el Campeonato Mundial.

 

 

Un dato que podría haber sido anecdótico, queridos lectores, en realidad se transformó en el huevo de la serpiente, que una vez más iba a nacer, para atentar contra la integridad, de nuestro símbolo patrio.

Aquel festival tuvo como novedad un sector de “choripán gourmet”, donde cinco restaurantes cordobeses propusieron versiones especiales del choripán. Por ejemplo, los restaurantes Juan Griego e Inocencio compartieron una carpa para ofrecer un original “chori con chimi molecular”, entre otras sorpresas que conjugarán ciencia y gastronomía.

 

La poca calidad de la fotografía, no puede ser obstáculo de este testimonio de la historia

 

Alma Belén, por su lado, propuso un chorizo con hongos de pino y champiñones, envuelto en masa de pan casero, con queso, tomates, mayonesa y salsa criolla, con una pre-cocción en horno y luego terminado a las brasas.

La Casa del Tatich ofreció un “choriqueso”, con chorizo ahumado y un toque de achiote; mientras que Espacio San Miguel propuso sus choris con influencia árabe con carne de kebbab envuelto en pan árabe con lechuga, tomate, verdeo, perejil y salsa tarator.

Por último, Don Rogelio preparó uno, con tomates secos hidratados, queso parmesano y rúcula, la hoja verde más cool del mercado.

Los cordobeses no imaginaban, que esta inocente incursión de la rúcula, iba a convertirse en una afrenta, primero, y en un irreflenable deseo de venganza, después.

 

 

Pero la presencia en aquel festival, de una delegación del Barrio de Palermo Rúcula, desencadenó una minuciosa cadena de eventos, que terminaron por dar origen a su actual principal competidor: la Chorifest de Palermo.

 

CHORI-CHORI CHORIPÁN CHORI-CHORI CHORIPÁN

 

 

LA VENGANZA FUE TERRIBLE

 

 

Ni bien regresaron a la capital, los delegados de Palermo Rúcula, presentaron sus quejas a las autoridades locales, exigiendo una inmediata respuesta. No podían consentir, que una provincia del interior, se apropiara de su vegetal insignia.

Y comenzaron gestiones para que la empresa más importante de la zona, el Hipódromo de Palermo, financiara sus lobbystas, para lograr sus objetivos de revancha.

Así nació la Chorifest de Palermo, que este fin de semana concita la atención de todos los medios nacionales e internacionales. Un evento, que a pesar de no tener ni la mitad de los puestos de choripán de la capital cordobesa, se ha transformado en el más difundido.

 

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La ciudad de Buenos Aires así anunció desde su página web, la edición que se está celebrando: “Llega una nueva edición de ChoriFest al Hipódromo de Palermo. Esta vez, reunirá a 30 puestos y food trucks que ofrecerán una gran variedad de choripanes diferentes, desde los tradicionales hasta choris de autor, con distintas carnes, panes y aderezos. 

Cocineros y parrilleros sorprenderán al público con sabrosas creaciones, clásicas o audaces, para todos los gustos. Será una gran oportunidad para homenajear a este emblema de nuestra cocina tradicional.

Para esta ocasión la feria, que en su última edición convocó a 30.000 personas, sumará algunas novedades.

¡Chupáte esa mandarina! ¡Qué tul! Y otros improperios, irreproducibles en este editorial, fueron arrojados  desde el coqueto barrio de Palermo, en dirección a la provincia mediterránea.

 

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Nada justifica semejante  aspaviento, ya que frente a los cientos de miles que convoca el Festival del Humor y el Choripán, 30.000 personas no parecen gran cosa.

Pero si esas 30.000 almas se multiplican con el poder de los medios hegemónicos, como está de moda decir, por las redes sociales de los visitantes, y sobre todo, por las delegaciones de turistas procedentes del exterior que replican el evento, el efecto es devastador para las huestes federales. Y un triunfo del marketing estratégico de los unitarios.

 

LOS  CHORIPANES “IMPERDIBLES” DE CHORIFEST

 

 

No voy a entrar en detalles, acerca de las “novedades”. Porque me iría por las ramas, y pondría en entredicho la neutralidad de nuestro medio, en este conflicto. Así que yendo al grano, les comento algunos detalles de la ofensiva porteña.

 

 

El Chorizo de ternera de pastura, en pomarola, con provolone y papas pay, se comercializa a $ 900. El Sándwich de chorizo encebollado a la sidra con papas fritas, a $ 1.000. El Chorizo de cerdo al Burrito, con chimichurri de maní y criolla al burrito, a  $ 800.

 

 

El Chorizo de cerdo con chucrut y yellow mustard, con papas fritas, en a  $ 800. El Chori en pan de focaccia con provoleta, alioli y criolla de mango, con guarnición de papas fritas, a $ 1.000.

 

 

El Chorizo de cerdo en arepa, con huevo, huevo, jamón, queso, lechuga y tomate, a $ 900. Y el Chori Porteño, 100% cerdo con chimichurri de radicheta y provoleta, a $ 800.

 

 

Así que entre la salsa criolla de mango o el chimichurri de radicheta, los visitantes del exterior, se llevan una imagen perfecta de nuestro patrimonio cultural alimentario…

 

 

Eso sin contar los choripanes de autor, que vienen acompañados, con una fotografía firmada por el mismísimo Chef responsable de ten maravillosa creación.

 

AGUANTE ROSARIO TODAVÍA

 

No hay ninguna descripción de la foto disponible.

 

Frente a tantas escaramuzas entre cordobeses y porteños, es hora de que nuestra ciudad aproveche esta ventana de oportunidad, y se lance al ruedo. Ciertamente, hemos sido los inventores del Bife de Chorizo, que al no haberlo registrado, permitimos que se comercialice como Chorigol.

A escasos 100 metros de donde estoy escribiendo, se unen dos calles que se extienden desde el este al oeste rosarino: San Juan y Mendoza. Provocando un fenómeno único en la geometría euclidiana, en el que dos paralelas se unen.

 

 

En ese triángulo virtual, se emplaza Kaskote, uno de los mejores exponentes del choripán rosarino. Un humilde carrito de los de antes, sin motor ni artefactos de cocina sofisticados, pero atendido con hospitalidad y cariño, desde hace más de dos décadas, por sus dueños, Omar y Patricia.

Allí, una vez a la semana puedo degustar un buen Bife de Chorizo, y charlar amigablemente. Allí hay niños que se hicieron hombres, y niñas que se hicieron mujeres, y hoy llevan a sus hijos. Allí se trasmite, de generación en generación una práctica social y cultural, en la que podemos reconocernos.

Allí el jueves pasado, destacados miembros de la hinchada de Talleres de Córdoba, no contentos con mantener sus parrillas encendidas todo el día, profanando el césped centenario del Parque Independencia, concurrieron por la noche a festejar el triunfo obtenido y su acceso a la final de la Copa Argentina.

Los cordobeses, que de zonzos no tienen un pelo, no querían partir de Rosario, sin probar un auténtico choripán rosarino.

Hasta el domingo

 

 

Emilio R. Moya

 

 

 

Oscar Tarrío

Director Periodístico Chefs 4 Estaciones en Chefs 4 Estaciones / Ex Editorial Diario La Capital

NODO norte

Un suplemento del Diario La Capital

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